La Ética Socrática y los Conceptos
Universales.
La investigación
de Sócrates según apuntamos, no se dirigía a la Physis sino al mundo humano;
Para Sócrates no era verdadero conocimiento sino simples opiniones todas esas
teorías de los Físicos y se asombraba de que no se comprendiese con claridad
que para los hombres no es posible resolver tales problemas cosmogológicos.
Como vimos,
Sócrates quiere alcanzar conceptos universales o verdades absolutas superando
de este modo el relativismo sofistico e instaurando una verdadera ciencia
(Epistemia). El procedimiento que va a emplear para obtener esos conceptos
universales será a trabes de la multiplicidad de la experiencia ó la inducción.
Una vez alcanzado esos conceptos universales mediante la inducción, es
necesario determinarlos con precisión mediante una definición adecuada. Esta
pretensión de Sócrates, de que el verdadero conocimiento se constituye mediante
conceptos universales, anticipa la filosofía de su discípulo Platón.
La afirmación
platónica de que el verdadero ser de los Entes son sus propias ideas, la
teníamos ya en Sócrates, si bien restringida al ámbito de los conceptos ético -
políticos, claro que esa búsqueda socrática de verdades universales no está
motivada únicamente por un puro interés teórico, es decir, se quiere alcanzar
tales verdades y en última instancia el bien como concepto ultimo al que apunta
la ética con el fin de llevarlos a la práctica, vivirlos con la intención de
realizarse humanamente y alcanzar la plenitud y la felicidad.
Ya desde la
antigüedad, con Aristóteles, se ha criticado el pensamiento socrático
tachándolo de intelectualista, sin embargo, esta crítica no está justificada ya
que, es verdad de Sócrates afirma que el que conoce el bien lo ejecuta mientras
que la maldad es consecuencia de la ignorancia, aquel que en su vida a
conseguido alcanzar una serie de principios o verdades las alcanza por si mismo
por su propia experiencia vital y por ello difícilmente no va a actuar en
síntesis con las mismas.
La ética de
Sócrates ha sido definida como Eudemonismo (felicidad), es decir, se plantea el
problema de alcanzar el bien como un problema de alcanzar la felicidad. El
verdadero sabio es el que ha conseguido alcanzar la plenitud debiendo entonces
ser feliz por esto de que ha sido capaz de abandonar las pasiones y acercarse
al estado divino. Este estado se caracteriza, por carecer de necesidades y no
encontrarse encadenado a las contingencias del destino; Pero para alcanzar este
estado de felicidad, el hombre solo debe confiar en su esfuerzo no debiendo
estar guiado por la utilidad e interés.
Según Sócrates
el utilitarismo hace al hombre esclavo de los bienes y se encuentra en
oposición con la exigencia socrática de autodominio y autonomía.
Por su forma de
proceder el sofista Antifante le reprocha su vida de miseria despreocupado del
placer y del poder, descuidado de las comodidades ridiculizándolo este
llamándolo “verdadero maestro de la infelicidad”. Pero en realidad Sócrates no
era enemigo de los placeres pero comprendió que la avidez por ellos ponía en
peligro el bien más elevado que puede alcanzar un hombre, es decir, su libertad
y autonomía espiritual.
Por último,
podemos señalar, que también se opones a la concepción tradicional de la
justicia como una forma de hacer beneficios a los amigos y perjuicios a los
enemigos, defendiendo que no se debe devolver a nadie injusticia por
injusticia.
Biografía de Sócrates
Sócrates
nació en Atenas y fue el maestro de Platón, su discípulo más notable que fue el
que se encargó de dejar plasmada en sus obras sus ideas, ya que él no dejó nada
escrito.
Se cree que Sócrates pertenecía a una familia acomodada, su padre fue
Sofronisco que se supone era escultor y su madre Fenaretes se la describe como
comadrona, aunque no en el sentido que tiene esa profesión actualmente.
Durante su
infancia, Atenas disfrutaba de todo su esplendor y ya había sentado las bases
de su imperio marítimo.
Era un
hombre robusto y fuerte y acostumbraba a vestirse siempre igual, cualquiera
fuera el estado del clima y a permanecer descalzo durante sus largas caminatas.
Desde muy joven tuvo revelaciones y señales
que lo mantenían en un estado de trance por mucho tiempo.
En esa época las corrientes de pensamientos, que hasta ese momento se centraban
en el cosmos comenzaban a orientarse hacia el conocimiento del hombre.
A Sócrates lo conmovió la idea de Anaxágoras cuando se refería a la inteligencia como causa de la ley natural,
y se interesó por saber la forma en que opera en el Universo para ordenar todas
las cosas.
Pero la
explicación de Anaxágoras lo desilusionó de modo que decidió hacer su propia
investigación sobre este tema, abandonando el estudio de la filosofía
cosmológica.
Se convirtió
así en un irónico filósofo moral con la misión de buscar la verdad.
Sócrates
estaba casado desde los primeros años de la guerra del Peloponeso en la cual
tuvo una participación distinguida en varias batallas, con Jantipa, conocida
como una mujer de mal carácter y se cree que tenía cuatro hijos.
En el año
399 a. de C. Sócrates fue acusado por el gobierno de no honrar a los dioses que
la ciudad adoraba, transmitiendo otras prácticas y de corromper a los jóvenes
fomentando en ellos el espíritu de crítica sobre las características del
sistema democrático ateniense; y como consecuencia fue condenado a la pena de
muerte.
Sócrates
renunció al destierro y prefirió ser su propio defensor en el proceso,
exponiendo sólo los hechos y sin aprovechar los méritos por sus servicios en el
ejército como atenuantes ni tratar de influir en el jurado con sus obligaciones
con su esposa e hijos.
Sus amigos
intentaron convencerlo de que huyera al extranjero aprovechando una celebración
religiosa que demoró un mes la ejecución pero él no aceptó, prefiriendo morir a
renunciar a sus principios.